La actual legisladora, María Victoria Busso junto con Martín Etchaniz, con el 39, 16% de los votos sobre el 36, 34% de su adversario más importante: el intendente municipal de Laboulaye, César Elías Abdala, candidato de Juntos por el Cambio, la agrupación opositora al peronismo y sus aliados.
Con 95 de 96 mesas procesadas la diferencia entre los primeros es de 560 votos en el distrito y, con esta información, la brecha de anoche se acortó pero el resultado final es irreversible.
Detrás de ambos se ubicó el postulante del Frente Liberal Demócrata, Maximiliano Camusso, que alcanzó las 1649 adhesiones.
En Laboulaye, la plaza principal en cuanto a cantidad de votantes, el éxito fue para Abdala con el 38.75%, seguido por Busso con el 36.32%: 4,407 frente a 4,131, con 276 sufragios de distancia respectivamente.
Con estos datos oficiales cabe destacar la paridad de la elección en la cabecera departamental y la contribución de las localidades vecinas al triunfo de la representante electa, incluso la de General Levalle, dominada por JPC desde hace 8 años y que continuará al mando de tal fuerza al menos un periodo más.
O el caso de La Cesira, que se encontraba en similar situación.
El análisis especulativo de las repercusiones de los comicios y su posible (o seguro) impacto en la votación municipal excede los términos de la presente nota.
Lo cierto es que la mesa chica que tiene importantes referentes en la Administración provincial, uno de ellos ratificado por el gobernador electo, y que ejerce en el sur de Córdoba el poder delegado por los mandatarios José Manuel De la Sota, Juan Schiaretti y, dentro de poco, por Martín Llaryora, confirma a su nueva integrante.
Esta vez, María Victoria Busso no tenía ningún nombre delante para el cargo al que aspiraba y ganó.